Introducción

Alimento poco conocido al menos en determinadas regiones, la opinión generalizada es que no se conoce con exactitud, pues algunos opinan que es una planta y otros, un animal. En la costa gaditana es especialmente típico, se conoce muy bien. Se trata de las anémonas, más conocidas como “ortiguillas” u “ortiguillas de mar” que podrían enmarcarse dentro del grupo del marisco. Como digo se trata de un alimento inusual, poco frecuente y poco conocido en otras zonas distintas de donde es típico su consumo. Las anémonas pertenecen la familia de los actínidos y la anémona común (Anemonia sulcata) es aquella que suele utilizarse como alimento. Los tentáculos de esta especie son urticantes y de ahí su nombre por la característica urticante de las conocidas ortigas, no obstante esta circunstancia. Una vez en el plato no dejan indiferentes a los comensales y pasan por ser uno de los bocados más exquisitos de aquellos productos del mar.

El alimento

La ortiguilla de mar apenas tiene calorías, y aporta componentes esenciales para nuestra salud, debido a su elevado contenido de proteínas, colesterol y purinas, y bajo contenido en grasas según estudio de la universidad de Granada.

El ingrediente

Quienes las han probado afirman que es algo así como comerse una ola de mar. De sabor intenso, pero al mismo tiempo agradable y equilibrado las ortiguillas representan una de las formas más netas del “sabor a mar”; ése particular sabor hay quien lo asocia y le recuerda al de las ostras, los percebes, etc; es decir, sabores marinos, salados, yodados y similares. Una de las formas más típicas de consumo de las ortiguillas es en fritura a modo de aperitivo en la que un consumo “racional” podría enmarcarse entre las 4 y 6 unidades de esta especie de “buñuelos” en las que se convierten las anémonas así preparadas. Para preparar una fritura de ortiguillas, se lavan para eliminar los posibles restos de arena, se corta cada ortiguilla en 2 ó 3 trozos, se enharinan y se vierten al aceite de oliva bien caliente durante aproximadamente 2 ó 3 minutos. Lo cierto es que te producto no ofrece demasiadas opciones gastronómicas, al menos tradicionales. No obstante otra forma típica de usar las ortiguillas es por medio de los arroces. En estos arroces de ortiguillas las características principales son la de un profundo sabor a mar y la de una textura característica que le aporta este singular ingrediente que, curiosamente “desaparece” en el plato ya que en el proceso de elaboración desaparece casi por completo. En cualquier caso toda una delicatessen  

¿Sabías que

…Su consumo ha experimentado en los último años un espectacular auge, hasta el punto que la Dirección General de Pesca y Acuicultura de la Conserjería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía ha planteado recientemente la necesidad de conocer la realidad actual de las pesquerías de ortiguillas en el litoral Andaluz, y evaluar la disponibilidad de este recurso con el fin de elaborar un plan de gestión para una explotación racional. … De aspecto poco “amable” cuando se han recolectado, las anemónas pierden con rapidez los vivos colores que las caracterizan cuando se encuentran en su hábitat. Su particular textura y su aspecto cuando se elaboran en fritura hace que no pocas personas se refieran a ellas como “sesos de mar”. … Ni que decir tiene que su cualidad urticante desaparece en poco tiempo tras su muerte y con mayor razón en el momento del cocinado. El uso tradicional de las anémonas como alimento no es tan lejano como pudiera parecer y se remonta a la posguerra de la guerra civil española cuando la escasez de alimentos en la región de Cádiz supo transformar la necesidad en virtud.